viernes, 4 de abril de 2008

¿Cuál será el camino?


“El viento desvía el barco de su rumbo sobre las aguas. Los vientos erráticos de los sentidos llevan al hombre a la deriva y desvían de su rumbo a su mejor capacidad de juicio. Cuando un hombre es capaz de aquietar sus sentidos, se lo puede considerar iluminado”. Maestro Vagaba Gita.

“Se me hacia tarde ya me iba, siempre se hace tarde en la ciudad…”, expresó Foto Páez en uno de sus temas. Y sí esta es la realidad del mundo occidental: vivimos con la agenda completa, entre el trabajo, el estudio, reuniones, compromisos con nuestro entorno, preocupaciones, etc.… pero, ¿Cuánto tiempo te dedicas para vos, a equilibrar tu mente de perturbaciones, a armonizar emociones y encontrarte contigo mismo? Seguramente el tiempo que te regalas es mínimo, por lo tanto es momento de “stop”, comprender que merecemos unos minutos para serenar la mente y renovar la energía vital.

Si observamos por un momento nuestro alrededor, como a nosotros mismos podremos darnos cuenta, de que muchas personas viven en un estado permanente de enojo, de autocastigo, en busca de la inmediatez, del ya y ahora, para satisfacer sólo a una felicidad inmediata. Pero, sin poder encontrar un camino a largo plazo, de conciencia, silencio interior, armonía y espiritualidad, que nos conduzca a la transformación de nuestro propio Ser, superando la barrera que nos impide conocernos y lograr la plenitud del espíritu.

Actualmente, cada vez más personas recurren a diferentes técnicas milenarias (Reiki, Tai Chi, Yoga, Feng Shui, Dharkayana, etc) y sistemas de meditación, las cuales permiten sintonizar cuerpo, mente y alma. Acercarnos a la búsqueda de sentido de la vida no es patrimonio de la sociedad actual, sino que se remonta a la Antigüedad. Encontrar ese sentido, de sabiduría y plenitud, mediante un sendero tanto personal como social ha dado origen a las diversas filosofías y religiones de este mundo. Por ejemplo, en las darshnas (filosofías) de la India, se considera que los problemas, conflictos y desequilibrios del ser humano son originados por la ignorancia. Por lo tanto la resolución de esos problemas que no permiten aquietar la mente, se encuentra en la experiencia del dialogo con el propio ser y lo absoluto. La conjunción de ambos, solo se percibe en un estado de calma, en la ausencia de pensamientos, en la concentración unidireccional de la mente y en la autoobservacion de toda manifestación interior, tanto física como emocional.

Para lograr tal aproximación a lo perfecto, el Yoga es una de las practicas que despliega un inmenso abanico de de posibilidades de reencuentro con nosotros mismos, de interiorización y de equilibrio. La palabra “yoga” viene de la raíz sancrista yug, que significa “unir” el yo pequeño, con el Yo verdadero y generalmente ignorado; la “Unión” con mayúscula, del fin de la ilusión de separación. Es una disciplina que engloba el total de la persona, en algunos casos se sitúa en aspectos físicos, intelectuales o emocionales, dependiendo de la practica que se elija, aunque cualesquiera de estas tiene gran beneficio para la salud y la vida plena.

En resumen, encontrar el camino, el sentido a la vida en los tiempos que transcurren en nuestra cultura, es una tarea complicada, debido a que existe una fuerte de tensión entre el propio interior que nos pide deseoso calma y nuestro exterior que no permite vaciar “el tacho de basura” del pensamiento y preocupaciones. Es por eso, que sólo la conciencia nos hace verdaderamente libres y soberanos. Entonces, al expandir nuestra conciencia personal, se expandirá nuestra realidad personal y esta expansión tendrá un impacto positivo en la manera que empleamos para vivir nuestros días.